Escritorios virtuales como ventaja competitiva
“Palabra clave: flexibilidad”, esa podría ser en la actualidad la definición del mundo empresarial. Un entorno cada vez más competitivo y en continuo cambio: de demanda, de formas de producción, de modos de llegar al cliente, de distintos y revolucionarios métodos de pago… Los escritorios virtuales o VDI suponen una ventaja competitiva para las empresas que quieran sobrevivir y prosperar a repensarse continuamente. Y lo mismo ocurre con los profesionales y sus roles en las compañías y en el entorno laboral en general.
Una de las vías para facilitar esa flexibilidad y capacidad de adaptación al cambio es la movilidad. Facilitar que tanto los propietarios de una empresa como sus empleados (cuando su tipo de tareas lo permita, e incluso lo haga aconsejable) puedan acceder a sus herramientas de trabajo sin necesidad de ajustarse a un horario presencial estricto. Eso sí, el acceso no puede hacerse de modo que entre en colisión con la seguridad de los datos de la empresa. Tampoco debería acarrear mayores gastos (de hecho, sería bueno que supusiese un ahorro), ni complejidades de uso. Son varias las medidas que pueden tomarse en el camino hacia la movilidad. Sin duda, una de las más eficientes, son los escritorios virtuales. A continuación, describimos sus principales ventajas.
VDI: Virtual Desktop Infrastructure
El término Virtual Desktop Infrastructure (VDI) es un proceso mediante el cual el escritorio de cada usuario se ejecuta dentro de una máquina virtual, que a su vez se administra en un servidor (propio o en el cloud). Desde allí, cada usuario (en el dispositivo personal que haya elegido utilizar) recupera su entorno de trabajo (sus archivos, aplicaciones…). De este modo se consigue el objetivo de acceso personalizado a los datos corporativos por parte de los distintos usuarios (cada trabajador podrá acceder a su escritorio personal, aunque no esté delante de su ordenador de empresa). Y se logra sin sacrificar la seguridad ni la facilidad de uso, ya que la administración de los sistemas permanece centralizada.
Imaginemos un par de casos donde el uso de escritorios virtuales puede resultar clave. En el primero, un trabajador que se traslada a otra ciudad para abrir una nueva sede de la empresa necesita tener acceso remoto (desde su portátil) a sus datos y herramientas de trabajo habituales. En el segundo, un empleado acude a la sede de un cliente para realizar una presentación que lanzará desde su Tablet. Si, por ejemplo, al llegar a la oficina del cliente descubriera que no ha grabado bien el fichero de la presentación, no tendría más que volver a cargarlo conectándose en remoto a su escritorio virtual. Son solo dos ejemplos, pero en el día a día de muchas empresas surgen muchas más posibilidades (y necesidades) que pueden cubrir los VDI.
Movilidad sin perder seguridad gracias al VDI
Como comentábamos, los escritorios virtuales se gestionan de forma centralizada. De este modo, el control de qué aplicaciones se usan o de que configuraciones de seguridad se aplican, permanece en manos de los profesionales TI de la empresa. También los datos están más seguros, ya que se evitan prácticas arcaicas (y peligrosas) como que el usuario vaya arriba y abajo con pendrives llenos de archivos grabados para trabajar a distancia (y al revés, para usar en la sede de la empresa ficheros creados en su casa). Los archivos se generan y conservan en el entorno virtualizado.
Y una ventaja añadida: en caso de un incidente grave (una inundación, un desastre natural) la empresa no tendrá por qué parar toda su operativa, ya que los usuarios podrán seguir trabajando desde sus VDI accediendo a ellos a través de sus dispositivos personales.
Ahorro de costes con el VDI
Uno de los posibles ahorros derivado de la utilización de escritorios virtuales es el energético. También se ahorra porque la inversión en equipos de trabajo puede ser más limitada, ya que no necesitan tener gran capacidad de memoria (en realidad, el “peso” de aplicaciones y archivos lo soporta el servidor central) y sufren menos desgaste. Asimismo, se requiere menos soporte individualizado, gracias a la administración centralizada.
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