ROI y virtualización
Que la apuesta por la virtualización es, al mismo tiempo, una apuesta empresarial por el ahorro de costes es algo bien conocido. También se sabe que hay otras estrategias de negocio que son, asimismo, una fuente potencial de ahorro. Sin embargo, no todo el mundo es consciente de que diseñar e implementar un sólido plan de virtualización puede superar (en muchos miles de euros) el ahorro, comparándolo con cualquier otro tipo de estrategia. Y de la adecuada combinación entre contención de costes y generación de beneficios es de donde llega un buen ROI; algo que cualquier empresario debería tener siempre en mente.
La ventaja en eficiencia de costes de la virtualización frente a otras soluciones estriba en que los ahorros que genera son de varios tipos, y en varios frentes. Llegan a través de la disminución del importe de las facturas (de luz o de contratación de garantías de hardware, por ejemplo); pero también a partir de los beneficios en TCO (por la menor necesidad de renovar equipos, por citar uno de ellos); o de la mayor productividad (debido, por ejemplo, a la reducción de tiempos de parada).
Maximizar los beneficios de nuestras inversiones
El concepto ROI (por las siglas en inglés de Return of Investment) es una forma de calcular cuánto ha sido el beneficio que hemos obtenido por una determinada inversión en nuestra empresa. Es decir, mide el rendimiento financiero. Asegurar un buen ROI para cada uno de nuestros gastos es una manera de afianzar el futuro de nuestro negocio.
La virtualización es el proceso mediante el cual un único servidor físico alberga réplicas virtuales de sistemas operativos y aplicaciones. Se logra así prestar los mismos servicios TI a la empresa, pero con mayor eficiencia y agilidad. Si estamos arrancando de cero nuestro negocio, es fácil verle las ventajas a usar sistemas virtualizados en lugar de comprar un alto número de servidores dedicados. Mayores dudas podemos tener si ya contamos con los servidores on premise y estamos estudiando dar el paso hacia la virtualización. Como veremos en este post, calcular el ROI que acabaremos consiguiendo, nos convencerá de que una adecuada virtualización es una estrategia ventajosa.
Ahorros que se suman
Empecemos con un ejemplo de los ahorros que supone la virtualización (y, con ellos, de la generación de mayor ROI): el gasto energético. La eficiencia energética derivada de un proceso de este tipo se encuadra en la disminución de gastos operativos. Por una parte, contamos con menor hardware en las instalaciones. Esa disminución de equipos permite bajar la factura de consumo por el uso de los mismos, y por no necesitar tanta energía para refrigerarlos. Pero, además, al utilizar menos servidores dedicados, reducimos el espacio físico que habrá que calentar y refrigerar (menos gasto en calefacción y aire acondicionado).
Pero los ahorros se van acumulando. Por ejemplo, la virtualización de un servidor minimiza todos sus costes de hardware (desde el disco duro, hasta la CPU, la memoria, las unidades de alimentación, los switches, etc.). Y no hablamos de una disminución de costos menor. La cifra porcentual total que se logra no suele bajar del 30%, y alcanza a menudo porcentajes superiores al 50%. Hay negocios que, solo en energía, consiguen ahorrar hasta un 70%. Y no hay que olvidar que el ROI no solo se calcula midiendo los gastos iniciales (como el que supone una compra), sino los ahorros y la mayor generación de ingresos a futuro.
Mejorar la productividad (y el ROI) con la virtualización
A menudo es más fácil asociar las ventajas de la virtualización (o el incremento del ROI) con la disminución de costes. Pero la estrategia virtual también mejora el retorno de la inversión a través de una mayor eficiencia y productividad. ¿Cómo se logra? Dotando a la empresa de mayor capacidad de adaptación a la demanda; disminuyendo el tiempo que se pierde en paradas; o evitando conflictos de compatibilidad entre aplicaciones (y, por tanto, incrementando la rapidez en el despliegue de las mismas). Y podríamos mencionar aún más ejemplos que acabarán suponiendo un mejor servicio al cliente; y, a su vez, que contribuirán a acrecentar sus ingresos y márgenes de beneficio.
En definitiva, la virtualización no es una solución a corto plazo para ahorrar dinero en comprar servidores físicos. Es una estrategia global que impulsará, no solo el ROI de su empresa, sino su competitividad y sus posibilidades de crecimiento y consolidación. Si ya está listo para dar el paso, puede confiar en los profesionales de IEAISA para recorrer el camino.